
Hablar de aromas es cerrar los ojos y evocar innumerables imágenes que vienen a nuestra mente. Los aromas nos estimulan los sentidos, sin imaginar los miles de años que se necesitaron para obtener de la naturaleza sus secretos y hacer de ello una ciencia y un arte. El origen de la Aromaterapia nos remonta a las profundidades de la prehistoria donde los primeros habitantes del planeta al descubrir el fuego lo avivaban quemando madera y plantas. De esta forma se percataron que de ahí emanaban olores muy agradables, mismos que aprendieron a usar para halagar a los Dioses en ceremonias rituales. A tráves de la historia encontramos que en todas las culturas han utilizado los aromas y han puesto un sello particular a su uso.
Tratados de medicina con más de 5000 años de existencia, nos relatan el uso de las esencias en el Lejano Oriente. China y la India desarrollaron técnicas para la prevención y curación con plantas Aromáticas e incluyeron su uso cotidiano para cuidados de la salud y la belleza, así como para obtener bienestar y serenidad.
En la América Prehispánica todas las culturas que florecieron a lo largo del Continente han dejado testimonio del uso de las plantas Aromáticas con fines curativos y rituales. Hoy algunas comunidades se guardan tradiciones antiguas como el sahumar a los enfermos con hierbas como el romero para aliviar los males. También es común que en ceremonias funerarias se queme copal para la purificación y protección.
En Occidente, Sumerios y Babilonios legaron sus conocimientos a los Egipcios quienes dieron una atención sin paralelo a los Aceites Esenciales, utilizándolos en su vida diaria para efectos curativos, cosméticos y en la preparación de los cuerpos inertes para su preservación en el viaje a la eternidad. De hecho, el papiro Erbes escrito en 1600 a. de C. se describen fórmulas con el uso de Esencias Aromáticas.
Los Griegos y Romanos desarrollaron el conocimiento y la cultura heredados de los Egipcios, aportando grandes descubrimientos en todas las áreas del saber humano. Se sabe que ambas culturas daban gran importancia a los placeres de la vida en los cuales se incluía el uso de Esencias Aromáticas para perfumar (del Latín perfumo: a tráves de humo) sus cuerpos, ropas y alimentos.
El sabio Hipócrates considerado padre de la medicina occidental sostiene en sus tratados médicos los poderes de sanación de las Esencias de plantas.
En el siglo XI, son los Árabes quienes rescatan los conocimientos grecolatinos. Abu Ibn Sina conocido en Occidente como Avicena, una de las mentes más sobresalientes de esa cultura, matemático, fílosofo, astrólogo y médico, perfeccionó el arte de la destilación de los Aceites Esenciales de las plantas. Es a través de las cruzadas que llegan a Europa siglos de saber acumulado sobre la obtención y uso de los aromas. En la época medieval Hildegard Von Bingen, monja alemana, escribió su tratado sobre la herbolaria dando especial énfasis a las hierbas aromáticas como la Lavanda. Durante los siglos XVI y XVII más de 100 Aceites Esenciales fueron utilizados para investigar fórmulas de medicina tradicional. Posteriormente con el advenimiento de la era industrial el uso terapéutico de los aromas y otras alternativas de salud fueron relegadas.
A principios del siglo XX renace este maravilloso mundo de la salud y belleza. El químico francés René M. Gattefossé es conocido como el padre de la Aromaterapia, ya que fué él quien usó este término por primera vez; trabajando muy de cerca con los Aceites Esenciales pudo constatar que contenían poderosas propiedades antisépticas y curativas, demostrando que la piel puede absorber sustancias grasas, siempre y cuando la estructura molecular sea suficientemente pequeña como es el caso de los Aceites Esenciales. En 1928 publicó su libro de Aromaterapia que causó gran revuelo en el medio en el cual sostiene además de sus descubrimientos anteriores el que a base de la inhalación de ciertos aromas era posible aliviar estados de ansiedad y depresión.
El médico Jean Valnet, Presidente de la Societé Francaise de Phytoterapié, contribuyó a la valoración y aceptación médica del uso de los Aceites Esenciales. En su libro Aromatheraphie describe extensamente testimonios de casos curados con gran éxito por medio de la Aromaterapia.
En Inglaterra Marguerite Maury es considerada pionera de la Aromaterapia Holística, quien desarrollo un masaje especial aplicando Aceites Esenciales en las terminales nerviosas e introdujo el concepto de prescripción individual, en el cual se eligen los Aceites Esenciales para cada persona.
A través de investigaciones con bases científicas se han comprobado los efectos terapéuticos de los Aceites Esenciales alrededor del mundo su uso se ha convertido en una fuerte tendencia como una alternativa de salud, belleza y bienestar ya que refuerzan la capacidad innata del organismo para su curación.
Al penetrar los Aceites Esenciales al cuerpo oxigenan las células reforzando el sistema inmunológico, logrando el alivio a dolores y malestares físicos y emocionales.
Los científicos P. Franchomme, D´Pénoel y Fhanel han dedicado más de 20 años a la investigación y aplicación médica científica de los Aceites Esenciales en el ser humano. Con el cual cada día se pisa terreno más firme en este campo, ya que los conocimientos tradicionales son avalados por los descubrimientos científicos.
Dando paso de la magia a la certeza.
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